Aunque en la Comunidad Valenciana no hubo notificaciones de Xylosandrus crassiusculus durante 2017, el inventario realizado entre julio y octubre de 2018 confirmó que hay escarabajos en 12 algarrobos distribuidos en un área de 60 hectáreas alrededor del brote de 2016. Fueron muy difíciles de detectar, ya que no hay síntomas foliares específicos en el dosel y estos se pueden confundir con daños producidos por roedores (ratas). Solo cerca de las ramas y troncos se pudieron observar algunas exudaciones, cilindros blanquecinos de polvo compactado de serrín y excrementos, procedentes de excavaciones de galerías. No se han observado árboles muertos hasta ahora. Al igual que en las otras regiones del proyecto, se han colocado trampas para identificar, contar y conservar ejemplares de escarabajos para los estudios moleculares necesarios así como comprender las vías de expansión y desarrollar atrayentes.